Las ruinas de la primitiva ciudad Íbero Romana de Lucentum están situadas en el Tossal de Manises, a las afueras de la ciudad de Alicante.
«¿Y esto ha estado siempre aquí en Alicante?» Está oculta entre enormes torres de apartamentos en primera línea de playa, y quizá por eso llegar hasta allí y descubrirla sorprende mucho más. Ahí, al doblar una esquina detrás de un bloque de viviendas está Lucentum: nuestra pequeña Pompeya.
Se trata de uno de los yacimientos más importantes de la Comunitat Valenciana y una de las pocas ciudades romanas de nuestro territorio que ha podido estudiarse íntegramente y en profundidad. De hecho, esta fue la primitiva ciudad de Alicante hasta el siglo III d.C. Primero pasaron por allí los íberos y cartagineses, posteriormente los romanos, y ya cuando había caído en desuso, los musulmanes la convirtieron en cementerio. Después, como pasa tantas veces, el olvido y siglos de polvo, tierra y expolios acabaron sepultándola y borrándola de la memoria colectiva.
En los años 60 se proyectó construir apartamentos sobre las ruinas romanas. Estas edificaciones hubieran acabado con cualquier vestigio de Lucentum si no hubiera sido por la valiente arqueóloga sueca Solveig Nordström, quien consiguió paralizar las obras tendiéndose literalmente en el suelo frente a las excavadoras. Su gesto consiguió atraer la mirada de la prensa internacional y forzó a que las autoridades cedieran a frenar la destrucción del yacimiento comprando el Ministerio de Edcuación los terrenos para su posterior conservación.
Paseando por la ciudad romana de Alicante
Afortunadamente a principios de los noventa, toda la zona fue recuperada, museizada y habilitada para poder recibir visitas, y aún hoy en día siguen realizándose allí nuevas excavaciones que nos permiten conocer un poquito mejor quienes fueron y cómo vivían nuestros antepasados.
Lo primero que llama la atención antes siquiera de atravesar la muralla son las reproducciones de las lápidas funerarias que bordeaban el camino de acceso. Da un poco de mal rollo ver que la mayoría de los allí enterrados no superaban los 35 años de edad…menos mal que los tiempos han cambiado.
Atravesamos la puerta oriental donde podemos ver restos del alcantarillado de la ciudad y podemos dedicarnos a callejear por las diferentes calles: La de los umbrales, la de las tiendas, la de Popilio…en ellas todavía se adivina perfectamente la distribución de los distintos espacios de las casas: las puertas, los aljibes para recoger el agua, los hornos para cocer el pan. De hecho, dependiendo de la anchura de sus puertas se puede determinar si una edificación estaba destinada al comercio o a la vivienda, ya que las tiendas tenían puertas más amplias para facilitar la entrada y salida de los clientes y las mercancías.
Las termas romanas de Lucentum
Una de las cosas que más nos llamó la atención es el hecho de que pese a ser una ciudad no muy grande, Lucentum contara con dos establecimientos de termas y baños públicos. Las termas de la muralla y las termas de Popilio. En ellas se puede apreciar todavía el ingenioso sistema que utilizaban: el hypocaustum, una especie de horno, que calentaba agua para las bañeras y a su vez utilizaban ese calor para canalizar aire caliente mediante conductos bajo el suelo.
El foro de Lucentum
En la parte alta de la ciudad se sitúa el foro, corazón de la vida pública de cualquier ciudad romana. Aun se conservan algunos restos de su columnata, a la que se han añadido posteriormente reproducciones modernas para facilitar la comprensión de cómo estaba formado.
A la entrada del foro de Lucentum hay un detalle muy curioso que nos llamó mucho la atención. Una losa con huellas petrificadas en las que se aprecian las pisadas de una persona y un perro. Es fascinante pensar que 2.000 años después podamos contemplar el rastro que dejaron otros seres humanos sobre el barro de un día lluvioso.
Junto a ellas se encontró una empuñadura de espada que debió pertenecer a una de las esculturas que decoraban el foro. El fragmento, que representa a un águila con dos cabezas mirando en direcciones opuestas, es único en el mundo de la iconografía romana lo que le otorga un valor artístico incalculable.
La cima del Tossal de Manises y el mosaico romano
Una vez subimos a lo más alto del ‘tossal’ nos esperan dos gratas sorpresas. La primera de ellas son las espectaculares vistas, tanto del conjunto de la ciudad íbero-romana, como de la actual ciudad de Alicante y buena parte de la provincia. La segunda es el curiosísimo pavimento de una de las casas de Lucentum que conserva aún parte del mosaico original (opus signinum) hecho de pequeñas teselas de mármol blanco incrustadas en el suelo formando cenefas y dibujos geométricos.
Visitar Lucentum con niños
Es una visita perfecta para hacerla con niños de cualquier edad, ya que la zona está perfectamente adaptada y señalizada tanto para carritos de bebé como para personas con movilidad reducida. Hay aseos, bancos, fuentes e incluso zonas de pic-nic. Los sábados y domingos a las 12:00 hay una visita guiada, muy recomendable para entender un poco más como era la ciudad, ya que en muchos casos hay que echarle buenas dosis de imaginación. Eso sí, no olvidemos que es un solar lleno de ruinas, así que la sombra brilla por su ausencia, por lo que intentar visitarlo en agosto a pleno sol puede ser una operación suicida.
Horarios y precios de Lucentum
El yacimiento de Lucentum está gestionado como parte de la red del Museo Arqueológico de la Diputación de Alicante (MARQ). El precio de la visita es de 2 euros y los niños menores de 15 años entran gratis.
Horario de invierno
De Martes a Sábado:
Mañanas: 10:00h-14:00h.
Tardes: 16:00h-18:00h.
Domingos y Festivos:
Mañanas: 10:00h-14:00h.
Horario de verano
De martes a Sábado:
Mañanas de 9:00h a 12:00h
Tardes: De 18:00h a 21:00h
Domingos y festivos: De 9:00h a 12:00h
¿Donde está Lucentum?
Llegar hasta Lucentum no es complicado, pero al estar completamente rodeada de edificios es muy posible pasar por delante mismo y no dar con ella. Está situada en la cima de una pequeña elevación conocida como ‘Tossal de Manises’ en la playa de la Albufereta de Alicante. Hablando en términos actuales podríamos decir que se encuentra en segunda o tercera línea de playa. Está cerca de la parada del tranvía y está rodeada de un parque dedicado a la intrépida arqueóloga sueca.
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Hola, me ha gustado mucho el post. La verdad es que Lucentum es una pasada, entre edificios… Nadie diría que puede estar ahí. Tan cerca de la playa, de Alicante… Cuando fui la primera vez me sorprendo mucho 😉
Recomiendo la visita con guía o con alguien que sepa del tema, disfrutarás mucho de tu tiempo allí.
Como regalito, os pongo un enlace a un vídeo que hicimos Javier y yo, en nuestro anterior trabajo, donde hicimos un vídeo donde se explica como se hicieron las signoguías en iPod del MARQ. Estuvimos grabando en el MARQ, en Lucentum y en La Illeta: http://youtu.be/FI9T2JrmUOQ Por cierto salimos los dos 😉
Un abrazo a los dos, Óscar
Totalmente de acuerdo Óscar.
¡Por cierto, muy chulo el vídeo!
Un abrazo
Nosotros descubrimos hace poco la illeta, que son lo que podríamos llamar piscifactorías romanas, y quedamos encantados. Nos quedamos con las ganas de visitar Lucentum. Tras leerte, vuelve a estar en nuestra lista de lugares que visitar pronto. Saludos
La verdad es que sí Raquel. Son dos sitios muy especiales que muchas veces pasan inadvertidos.
Un saludo