El palacio Real con sus jardines y fuentes cargados de historia, su precioso casco histórico o su impresionante naturaleza…son motivos más que suficientes para visitar el Real sitio de La Granja de San Ildefonso, en Segovia. Sin embargo los judiones, el cochinillo y el cordero asado son los auténticos protagonistas.
Aprovechando una visita a la familia segoviana, hace unos días nos decidimos a pasar un fin de semana de homenajes gastronómicos en La Granja de San Ildefonso. Además de comer como si no hubiera un mañana, y pese al sano frescor de la montaña, la visita dio para mucho. Una excursión perfecta para pasar un tiempo en familia.Nuestra intención era hacer una visita relámpago, sin embargo no podíamos dejar de visitar algunos de sus monumentos como el Palacio Real y sus jardines.
El Real Sitio de La Granja de San Ildefonso
Ya simplemente su nombre dice mucho del tipo de lugar que nos vamos a encontrar. La Granja de San Ildefonso es un pintoresco pueblecito a poco más de diez kilómetros de Segovia. Tradicionalmente fue un lugar al que los diferentes reyes de Castilla solían ir atraídos por la caza principalmente.
Parece ser que en el siglo XVIII y con la llegada de los Borbones, el Rey Felipe V se enamoró de este lugar y mandó construir aquí un palacio que acabó convirtiéndose en la residencia de verano de los reyes y su corte. En este municipio tuvieron lugar algunos importantes episodios de la historia de España, como la firma de los Tratados de San Ildefonso, la sublevación de 1836 que obligó a la Regente Maria Cristina a restablecer la constitución de 1812, o el nacimiento de Don Juan de Borbón, abuelo del actual rey de España.
Aunque sea simplemente para pasear por sus callejuelas adoquinadas, el pueblo de La Granja merece la visita, ya que se ha sabido conservar perfectamente su esencia. Tras atravesar sus murallas parece que nos traslademos tres siglos atrás a una época de cortesanos, villanos e intrigas palaciegas. Sus casa señoriales, el antiguo mercado municipal reconvertido en mercado ‘gourmet’, el Parador Nacional o la Real Fábrica de vidrio son algunos de los atractivos que se unen al Palacio Real y sus impresionantes jardines.
Los Jardines del Palacio Real de La Granja
La entrada general al Palacio de la Granja cuesta 9 euros (un precio bastante excesivo a mi parecer) y pese a que el edificio es magnífico y alberga una colección de arte y mobiliario de época muy importante (de la cual no pongo fotos, ya que está prohibido hacerlas en todo el palacio), para mi modesto gusto, el verdadero espectáculo está en el exterior. En los inmensos jardines con sus imponentes fuentes.
Los jardines de La Granja se crearon a imitación de los grandes jardines franceses, plagados de fuentes, grandes avenidas vegetales e incluso laberintos. En su interior hay 26 fuentes espectaculares que funcionan únicamente en los meses de primavera y verano. Esto se debe principalmente a que las fuentes conservan todavía el mecanismo de hace tres siglos, y funcionan por medio de un sistema de pequeños embalses situados en las partes más altas del jardín, para poder conseguir la presión suficiente con la que elevar los chorros en algunos casos a 20 metros de altura.
Si tienes suerte, en verano puedes ver las fuentes del Palacio de la Granja en funcionamiento, pero en invierno permanecen apagadas la mayor parte del tiempo. Sin embargo aún así merece mucho la pena pasear por los jardines. Como dato para hacerse una idea de sus dimensiones basta decir que en el jardín hay contabilizados más de 12.000 árboles y 70.000 especies entre plantas setos y arbustos.
También hay un pequeño lago al que llaman ‘El Mar’ y un laberinto hecho de setos en el que es divertido jugar a perderse un rato. Fuera ya de los muros del propio jardín llaman muchísimo la atención un grupo de árboles inmensos que crecen justo frente a la entrada al Palacio Real. Se trata de varios cipreses, dos Secuoyas gigantes y un cedro del Líbano que están catalogadas entre las más altas de Europa. La verdad es que es muy difícil encontrar secuoyas gigantes fuera de su hábitat original de California en EE.UU. y estas, a las que han bautizado como El Rey y La Reina son brutales. Tanto es así que a una de ellas han tenido que ponerle un pararrayos y todo (en la foto se ve el cable de la toma de tierra del pararrayos a la derecha de la base del tronco).
- El Rey y la Reina son dos Secuoyas Gigantes del Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, en Segovia.
- Árboles Gigantes del Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, en Segovia.
Comer en La Granja de San Ildefonso
Como nuestro objetivo final era más gastronómico que cultural, nos pasamos más tiempo meneando el bigote que paseando por allí. No hará falta que diga que en invierno en Segovia hace bastante frío, así que para comenzar la jornada nos decidimos por desayunar un chocolate con churros en La Fama, un pequeño local de la Calle Abastos, en el que no paran de salir raciones de churros recién hechos continuamente y que está muy frecuentado como punto de partida para los excursionistas que se acercan a La Granja a hacer senderismo.
- Chocolate con churros en La Fama, en el Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, en Segovia.
- Chocolate con churros en La Fama, en el Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, en Segovia.
En lo que se refiere a comidas y cenas, ya que estuvimos dos días nos dio tiempo a probar tres sitios diferentes. Siendo sinceros hay que decir que en todos ellos salimos llenos hasta arriba, porque lo que se dice comida ligera no abunda por allí. El primero de los sitios fue el restaurante La Panadería, un local de varios pisos instalado en una antigua casa que recuerda a las antiguas fondas medievales. Como en la mayoría de restaurantes de la granja aquí la especialidad es el cordero o el cochinillo asados acompañado de unos buenos judiones o la contundente sopa Castellana. Tienen un menú por unos 20 euros en el que además va incluido el postre y lo puedes probar todo.
Prácticamente todos los restaurantes y asadores de La Granja de San Ildefonso tienen un menú completo que incluye cochinillo o cordero asado por alrededor de 20 euros por persona
El segundo sitio para comer fue el restaurante Casa Martinho. Este local es bastante más pequeño y con un estilo un poco más moderno, aunque sin dejar de ser tradicional. El cochinillo y los judiones no podían faltar, pero también algunos platos un poco más elaborados. Además, al ser un sitio más pequeñín todo es mucho más familiar y el dueño anda por allí interesándose por la comida y explicándote lo que haga falta. Por último, para cenar a base de tapas nos decantamos por el restaurante Miami, que lejos de lo que pueda parecer por su nombre resultó ser un sitio fenomenal para cenar a base de raciones y tapeo variado, y también pequeñito, acogedor, entrañable y todo preparado al momento por su dueño con mucho cariño.Eso sí, como todo aquí, muy contundente.
- Judiones, cordero, cochinillo y embutido en el Real Sitio de lLa Granja de San Ildefonso, en Segovia.
- Judiones, cordero, cochinillo y embutido en el Real Sitio de lLa Granja de San Ildefonso, en Segovia.
- Judiones, cordero, cochinillo y embutido en el Real Sitio de lLa Granja de San Ildefonso, en Segovia.
- Judiones, cordero, cochinillo y embutido en el Real Sitio de lLa Granja de San Ildefonso, en Segovia.
- Judiones, cordero, cochinillo y embutido en el Real Sitio de lLa Granja de San Ildefonso, en Segovia.
Antes de acabar con el tema del papeo tendríamos que apuntar una cosa que nos llamó la atención. En los dos primeros restaurantes, ya que era para comer, habíamos reservado con antelación, sin embargo al Miami llegamos por casualidad buscando un sitio para cenar donde cupiéramos toda la famila (con carrito, suegros y cuñados incluidos). El caso es que cenamos de maravilla y sin embargo a posteriori, consultando en tripadvisor le ponían muy malas críticas. Algo cuanto menos curioso. Quizá haya pasado Chicote por el restaurante desde las últimas críticas o quizá pillamos al dueño inspirado aquella noche, no sé que pensar.
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